El uso incorrecto de las mayúsculas iniciales está harto extendido entre los redactores, quienes, al parecer, las utilizan para resaltar palabras o mensajes a los que se quiere prestar un énfasis especial. A título ilustrativo, sirvan los siguientes ejemplos:
2. Los pacientes obesos, en su gran mayoría cursan con Resistencia a la Insulina.
Aleixandre también denuncia el empleo abusivo de las mayúsculas iniciales por parte de los médicos y explica en qué casos se acepta la mayúscula inicial en el ámbito de la comunicación médica*. Entre otros, estos:
a) denominación oficial de organismos, instituciones, centros, sociedades y los departamentos o servicios que las componen (Servicio de Dermatología del Hospital Clínico de Barcelona);
b) denominación oficial de congresos, simposios jornadas y otros encuentros (XII Reunión del Grupo Español de Cirugía Dermatológica y Oncología Cutánea);
c) los nombres de textos legales y reglamentos oficiales (Ley General de Sanidad);
d) siglas no lexicalizadas (VIH y ADN, pero sida y láser).
Hay que evitar, por tanto, el uso indiscriminado de las mayúsculas iniciales y reservarlas para los fines que les son propios.
*Aleixandre Benavent, R; Amador Iscla, A. (2002). «Vicios del lenguaje médico y defectos de estilo en la escritura científicomédica (I)». Piel, 17(9): 399-404.
Blanca Mayor Serrano